19 oct 2011

IDIOTAS

No quisiera caer en un estereotipo desprestigiado en este siglo, como le puede ocurrir a cualquiera que se atreva a decir en público: yo escribo novelas.

Si tienes el valor suficiente para enunciar semejante frase, aparecerá el clásico, típico y entrañable sabelotodo que tan sólo aguarda su momento para demostrar su infinita sabiduría e interminables conocimientos y te dirá: Qué bohemio! Con una sonrisa en sus asquerosos labios.

Y es que no sólo está desprestigiada la profesión del escritor, si no que cada día abundan más los prejuicios contra cualquiera que demuestre un mínimo interés por la cultura, sin caer en el freak- ismo más absoluto. Esto lleva implícito que cada día abunden más los idiotas.
Y no hablo de idiotas por que no lean, no sean socios del Ateneo o visiten la Biblioteca Nacional cada fin de semana como algún carcamal docente pedante de Ciencias de la Información querría. Algo que refleja la poca implicación con el presente que demuestran algunos profesores universitarios que parecen seguir planes de estudio del siglo XIX.

No, hablo de ese personaje que no puede faltar en ningún corrillo, y que suele alzar su voz más que nadie. Ese, cuyos comentarios son una retahíla sin fin de ideas cogidas con pinzas de noticias que ha leído por encima, grupos de Facebook, comentarios de modernos con zapatos, y antena 3 cada noche después de que dicha cadena haya dejado claro unas cuantas veces que el mundo acabará mañana.

Ese imbécil que cree saber más que nadie sobre cualquier materia a tratar, ya sea waterpolo o macroeconomía. Sus sonoros comentarios tienen tanto fundamento como las horas que han dedicado a meditar sobre lo que dicen.

Son los acérrimos seguidores de las modas del pensamiento, de las modas del vestir y de las modas del decir. Son los acólitos de los líderes de opinión. Son los buscadores del aplauso fácil.

El gordo que trabaja en la cafetería merece mi respeto muchísimo más que éstos parásitos que alardean de un pensamiento crítico, y que hablan mucho… pero no piensan nada.

Roberto Soriano
Twitter: @robertosoriano9

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