30 nov 2011

KARMA

Mucha gente cree en el concepto abstracto y difuso del Karma.
Éste, podría calificarse como una fuerza mayor ordenadora, que se encargaría de impartir justicia, de modo que si alguien realiza malas acciones o que perjudiquen a otro, posteriormente el Karma se encargará de aleccionarte haciendo que te ocurran a ti desgracias.
Hay quien opina que esto son tan sólo necedades de ilusos que necesitan razones para obrar rectamente. Ya que si el Karma existiera, la única razón para no hacer “cosas malas” sería que va a ser peor para nosotros… una visión bastante egoísta.
Hay quienes tratan de demostrarte la inexistencia del karma, como si de demostrar la inexistencia de dios se tratase. Ambos intentos sólo conducen a chocar contra un muro.
Esto no es una cuestión de demostrar si existe o no, tan engorrosa fuerza que no nos deja pecar a gusto o hacerle la puñeta al prójimo a nuestro antojo.
Es tan sólo una cuestión de fé. O crees, o no crees.
Opino que el Karma es la forma de expiar nuestros errores justificándonos con las desgracias que nos ocurran. Es una forma bastante útil de aceptar la desgracia con otra cara, haciéndonos plenamente responsables de ella y sobrellevándola con el mejor optimismo posible.
Imaginemos que hago daño a alguien a propósito, y a los pocos días me roban la cartera. Podría pensar: oh! Dios mío! El karma me la ha vuelto a jugar! , y achacaría tal cotidiano suceso al daño que causé a esa persona. Por el contrario podría tan sólo lamentarme de que me haya robado un hijo de mala madre, sin tener yo culpa alguna.
Por ello opino que el karma nace en dos tipos de personas: aquellos individuos tendentes a sentirse culpables de todo mal que les afecta directamente, o que necesitan una forma de redimirse ante el mal que han causado, personas que se sienten culpables.
O por otro lado, personas que necesitan de esa fuerza suprema para tener una razón por la que ser ciudadanos modelos, y así se reconfortan, y evitan la tentación de hacer el mal.
¿Por qué cuando a alguien que cree en el karma y le ocurre una desgracia, encuentra de repente una justificación para ello? Oh! Un pájaro ha defecado sobre mi camisa el día de la entrevista de trabajo! Claro, debe ser por no felicitar las fiestas a mis abuelos.
Por ello más fácil que creer en el karma, ya que no podemos corroborar su existencia, es pensar que no hay mal que por bien no venga; Que si he perjudicado a alguien probablemente se lo mereciera, y si me equivoqué me disculparé yo mismo, sin necesidad de una fuerza interventora que cuando menos me los espere me condene con un esguince; Y por supuesto, que una cagada de pájaro es un síntoma de buena suerte.

Roberto Soriano
Twitter: @robertosoriano9

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